ARGENTINA
02-11-2023

Carta abierta al votante champagne - Por Fernando Iglesias (Nota de opini贸n)

(Villa Elisa al Dia)

2023-11-02-hora 6:09
Escrito por Fernando Iglesias

De C谩mpora a N茅stor, de N茅stor a Cristina, y de Cristina a Massa. Hay una foto que no lo explica todo pero dice bastante sobre la manera en que los argentinos elegimos presidentes. Es una foto magn铆fica. Casi todos la hemos visto alguna vez. Se trata del abrazo entre Evita y Per贸n en ocasi贸n del 17 de octubre de 1951, sexto D铆a de la Lealtad Peronista y primera trasmisi贸n de la televisi贸n argentina. Es el 煤ltimo discurso de Evita, su despedida, aunque con fines propagand铆sticos peronistas es recordada como 鈥渓a foto del renunciamiento hist贸rico鈥�, lo cual es inexacto. Se produjo un mes y medio despu茅s de su renuncia a la candidatura de vicepresidenta de la Naci贸n y nueve meses antes de su muerte, y merece un breve estudio.

En primer plano, una Evita conmovida abraza a Per贸n. No se ve la cara de ninguno de los dos pero se adivina su llanto, y que Per贸n trata de consolarla. Evita, apenas sostenida por Per贸n, acababa de pronunciar uno de sus discursos m谩s paranoicos y sectarios, el de 鈥渃aiga quien caiga鈥�: 鈥淨ue vengan ahora los enemigos del pueblo, de Per贸n y de la Patria. Nunca les tuve miedo porque siempre cre铆 en el pueblo鈥� Yo s茅 que Dios est谩 con nosotros, porque est谩 con los humildes y desprecia la soberbia de la oligarqu铆a. Por eso, la victoria ser谩 nuestra. Tendremos que alcanzarla tarde o temprano, cueste lo que cueste y caiga quien caiga鈥�. Se trata de una pieza perfectamente reconocible de la oratoria fascista del peronismo original, en la que se identifica al peronismo con Dios, el pueblo y la Patria, y a sus opositores con la ignominia y la traici贸n. Se anuncian tambi茅n futuras expurgaciones del cuerpo sagrado de la naci贸n (鈥淟a victoria ser谩 nuestra. Tendremos que alcanzarla tarde o temprano, cueste lo que cueste y caiga quien caiga鈥�), que el mismo peronismo termin贸 sufriendo en carne propia.

Pero no es esto lo que quer铆a destacar. Lo que quer铆a destacar es que Evita se est谩 muriendo, y ella sabe que se est谩 muriendo, y todos saben que ella se est谩 muriendo. Por eso sus rostros se ven apropiadamente acongojados. Todos, menos uno. Se lo ve sonriente y satisfecho en el segundo plano de la foto, como si no comprendiera la situaci贸n o fuera incapaz de conectarse emocionalmente con ella. Se asoma a la escena hist贸rica desde atr谩s, y sonr铆e y aplaude. Como hizo durante toda su vida, aplaude. Est煤pida e insensiblemente, aplaude. Mientras decenas en el balc贸n y miles debajo del balc贸n y millones en sus casas se conmocionan y lloran, 茅l sonr铆e y aplaude. Se trata de C谩mpora, el odont贸logo providencial. Ya es presidente de la C谩mara de Diputados aquel a帽o, el de 1951, y veintid贸s a帽os m谩s tarde su sistem谩tica obsecuencia lo llevar谩 a la Presidencia de la Naci贸n, para desgracia del pa铆s.

Lo que me interesa se帽alar es esto: de todos los que estaban en ese balc贸n, y debajo del balc贸n, y en el resto del pa铆s, que escuchaba emocionado por la radio, peronistas y gorilas, la despedida pol铆tica de una de las figuras centrales de la Historia argentina, elegimos para la Presidencia de la Rep煤blica en 1973 al 煤nico sujeto con capacidades emocionales diferentes que en un momento como aqu茅l sonre铆a y aplaud铆a. 驴C贸mo lo hicimos? 驴Por qu茅? 驴Qu茅 mecanismos empleamos? No pueden ser cuestiones secundarias. Sobre todo porque treinta a帽os despu茅s de aquella proeza, de entre la abundante oferta de candidatos de mayo de 2003, con esa compulsi贸n por la repetici贸n de desgracias que nos caracteriza, pusimos la Presidencia del pa铆s en manos de otro salvador de la Patria con capacidades emocionales diferentes, N茅stor Kirchner, y aquel obsecuente de la foto del Renunciamiento Hist贸rico, el odont贸logo providencial, tuvo su reivindicaci贸n hist贸rica y hasta su propia agrupaci贸n pol铆tica post-mortem: La C谩mpora.

Con excepci贸n de la primera l铆nea, escrib铆 esto en el a帽o 2015 en 鈥淓s el peronismo, est煤pido鈥�. A pesar de haber sido publicado por una peque帽a editorial, el libro se convirti贸 en el best seller pol铆tico de aquel a帽o, vendi贸 m谩s de 100.000 ejemplares y, m谩s all谩 de sus m茅ritos y sus dem茅ritos, corri贸 la l铆nea de lo que pod铆a decirse sobre el peronismo en este pa铆s. Su 茅xito anunci贸 lo que se ven铆a: el primer gobierno no peronista despu茅s de Duhalde, de N茅stor y de los dos de Cristina. Fue la primera y 煤nica vez que vot茅 lo mismo que la mayor铆a de los argentinos; mi 煤nico voto al candidato ganador.

La referencia a 2003 no era gratuita. Aquel a帽o el peronismo cumpli贸 la incre铆ble haza帽a de ganar la Presidencia a pesar de ir dividido en tres candidaturas: Menem, Kirchner y Rodr铆guez Sa谩. Al ballotage llegaron Menem (24%) y Kirchner (22%). Despu茅s Menem renunci贸 a competir y N茅stor fue presidente. Nada cuesta reflexionar que si los candidatos republicanos L贸pez Murphy (16%) y Carri贸 (14%) hubieran competido unidos habr铆an ganado la Presidencia y vivir铆amos hoy en otro pa铆s. Lamentablemente, para Carri贸 y para sus votantes champagne, cualquier alianza con L贸pez Murphy era inaceptable porque representaba lo mismo que Menem: el odiado neoliberalismo. As铆 nos fue.

Son, todas 茅stas, interesantes lecciones acerca de la necesidad de la unidad opositora al peronismo, que los republicanos empleamos con 茅xito en 2015 pero parecemos haber olvidado hoy. No solo porque no votamos masivamente a Juntos por el Cambio, que con todos sus defectos era la 煤nica propuesta de unidad opositora; sino porque dudamos hoy en votar a la 煤nica propuesta opositora disponible, que es -nos guste o no- Javier Milei.

La realidad es lo que es, no lo que nos gustar铆a que fuera. El peronismo logr贸 partir el frente opositor apoyando no muy subrepticiamente a Milei con el objeto de evitar el triunfo de Juntos por el Cambio en primera vuelta y meter a su candidato en el ballotage a pesar del horroroso gobierno de estos cuatro a帽os y las espantosas consecuencias que estamos sufriendo. Y la cosa le sali贸 mejor de lo esperado: la candidatura de Milei no solo puso a Massa en el ballotage sino que dej贸 afuera a Patricia Bullrich. Momento en el cual el peronismo, en la persona de Luis Barrionuevo, declar贸 cumplida su misi贸n, le retir贸 todo apoyo al plan B con excusas morales que provocan carcajadas, y volvi贸 a apoyar su plan A: Massa presidente, bien custodiado desde la provincia por Cristina y Kicillof.

Con lo que volvemos al dilema original, el de la foto: 驴c贸mo hacemos los argentinos para elegir, de entre todos los candidatos posibles, al peor? 驴C贸mo hacemos para entregarle el pa铆s a Sergio Massa, el m谩s hip贸crita, el m谩s ventajero, el m谩s hijo de puta -al decir de N茅stor Kirchner-, el m谩s comprometido (ver el caso Scapolan) con las mafias del narcocrimen organizado, el candidato visible de la mafia corporativa empresarial que sigue haci茅ndose el fest铆n mientras la Argentina se cae a pedazos?

La respuesta es simple. La dirigencia peronista no tiene ning煤n prurito ni ning煤n escr煤pulo y por eso le es f谩cil reunir al agua y el aceite en su propia coalici贸n al mismo tiempo que divide el frente opositor. Es una cuesti贸n de poder, negocios e impunidad, no de ideas ni mucho menos de honor. As铆, Cristina y Grabois se han escondido para que resuene otra vez en el pa铆s la exitosa melod铆a de 2019: Massa moderado. Cristina, lista para retirarse a cuidar nietos. Votalos sin temor.

Todo esto se sostiene, evidentemente, en la capacidad de retener el 36% de los votos a pesar de los 140.000 muertos de la cuarentena eterna administrada bajo el designio de los negociados con las vacunas, las festicholas en Olivos y el vacunatorio VIP; del desastre econ贸mico de quienes volvieron a reventar la tarjeta que Cambiemos hab铆a dejado en orden en 2019, del Banco Central sin un d贸lar, los d茅ficits y la inflaci贸n volando, la falta de insumos m茅dicos y combustibles, los 80.000 millones de d贸lares m谩s de deuda y los dos millones de nuevos pobres; la mayor铆a de ellos, creados este 煤ltimo a帽o por el ministro de Econom铆a y candidato a la Presidencia Sergio Massa.

Se trata del voto peronista, basado en el miedo, la dependencia clientelista, la imposibilidad de pensar en un pa铆s diferente en el cual el 煤nico problema no sea qu茅 comer ma帽ana, adem谩s de factores identitarios delirantes: el t铆o Juan, que era un laburante macanudo y votaba siempre al peronismo, y la abuela Ramona, a quien Evita le regal贸 su primera mu帽eca en 1949.

Y bien, del otro lado est谩 el votante no peronista y antiperonista, que es un votante champagne. Por eso, descontentos con los innegables errores de Juntos por el Cambio, muchos votaron a Milei y nos dejaron fuera del ballotage. Y por eso ahora, muchos no comprenden la gravedad de la situaci贸n, la posibilidad concreta de que Massa abra un nuevo ciclo de veinte a帽os peronistas despu茅s del cual ya no habr谩 nada para recuperar. De manera que piensan votar en blanco porque, por razones perfectamente comprensibles y que yo mismo he explicitado varias veces, no les gusta y desconf铆an de Milei.

Comencemos por lo evidente, por las dudas: 1) Cada uno tiene derecho a votar c贸mo le parece. 2) Nadie es due帽o de la verdad ni de los votos de los dem谩s. 3) Votar en blanco tambi茅n es una opci贸n. Una opci贸n que tiene hoy excelentes razones dada la debilidad evidente de la opci贸n opositora. Pero la libertad de votar va acompa帽ada de la responsabilidad por las consecuencias de ese voto, y el derecho al voto en blanco no suprime el derecho que tenemos los dem谩s a se帽alar sus consecuencias.

La cosa es simple: es muy dif铆cil que quien vot贸 a Massa o a Milei vaya a cambiar su voto. Por lo tanto, la elecci贸n se define por las preferencias de quienes no los votaron. Milei arranca del 30%, y si no suma la casi totalidad del voto por Patricia Bullrich (24%), Massa ser谩 nuestro pr贸ximo presidente. Si es as铆, imag铆nense lo que va a ser este pa铆s cuando el psic贸pata peronista saque la conclusi贸n inevitable de que -sin importar las barrabasadas que cometa- el poder sigue en sus manos. No quiero ese pa铆s para m铆 ni para nadie. Por eso, por poco que me guste el candidato y por dif铆cil que sea la posibilidad de que gane y nos saque de esta cat谩strofe, voy a votar por Javier Milei. El champagne habr谩 que tomarlo en otra ocasi贸n.

Fernando Iglesias