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ARGENTINA
11-05-2023

Argentina amor de mi vida. La alienaci贸n del pueblo argentino.

2023-05-11-HORA 19:59
Art铆culo de Opini贸n por Ariel Valloud


Hemos llegado a tal situaci贸n en la p茅rdida de nuestra conciencia que s贸lo se atisba un reflejo oscuro y sombr铆o y resulta complejo y doloroso, pero necesario, referirnos a estas cuestiones.

La Argentina se ha transformado en alguien ajeno a s铆 mismo, alienaci贸n, su conciencia se ha transformado de modo tal que ha perdido las caracter铆sticas que hasta no hace m谩s de dos o tres d茅cadas ven铆an dadas por su condici贸n.

Nuestra amada Argentina, de una condici贸n o naturaleza inteligente, consciente, alerta, bella, audaz, osada, inconformista, solidaria, emprendedora, pujante, dialoguista, confianzuda como puerta de entrada a la solidaridad y el amor, anal铆tica, en alerta que reacciona a las injusticias, luchadora, poderosa y feliz; a una Argentina apagada, inteligente para el ventajismo y perjuicio ajeno, individualista y clasista, conformista, temerosa, pasiva, espectadora y testigo inm贸vil de un espect谩culo de robo y saqueo en sus narices; una Argentina sin di谩logo, en la que sus ciudadanos ya no hablan entre s铆, inFoxicados, incomunicaci贸n por medio de la utilizaci贸n compulsivo obsesiva de la tecnolog铆a, pero al mismo tiempo se paga a un profesional psic贸logo, para hablar lo que no se habla con el entorno social y la familia misma: una Argentina infectada con la enfermedad de la desconfianza, donde la mentira, la simulaci贸n y las verdades a medias han penetrado en todos los 谩mbitos como arma de prevenci贸n y como arma de ataque, con la sola gu铆a del miedo como regente general.

Nuestra amada Argentina, que corre todos los d铆as por el deseo de lo que no se posee y por el miedo a perder lo que se tiene, sin levantar la cabeza, ni para mirar, ni para cuestionar a qui茅n tira de las cuerdas que articulan los movimientos de la marioneta.

Mi Argentina amada, que incluso ahora, llega a alabar y a considerar un ejemplo a seguir a su propio titiritero. S铆ndrome de Estocolmo. Indefensi贸n aprendida.

La actual alienaci贸n, donde el ciudadano ya no quiere hacer nada ni por s铆 mismo, ni por los dem谩s. No quiere hacerlo, pero tampoco quiere dejar de hacerlo. 驴C贸mo? 驴No quiere hacer, pero tampoco quiere no hacer? La frustraci贸n como norma.

Huidizo para evitar las circunstancias desagradables, prefiriendo el cohecho de la obtenci贸n de recompensas y satisfacciones inmediatas y pasajeras, cuando a pesar de que existen oportunidades reales de cambiar la situaci贸n desfavorable, para reemplazar la cultura de la inmediatez por un verdadero bien com煤n duradero. El 煤ltimo hombre. La moral del esclavo. Ya nada florece en 茅l.

La falta de conciencia personal, reemplazada o por un colectivismo vac铆o, materialista y destructivo, o por un personalismo, codicioso y avaro, violento y cosmopolita, donde la identidad axiol贸gica se ha perdido en un laberinto de intereses econ贸micos, peleas predatorias y autodestructivas.

Donde parasitar para ganar dinero, es la norma. Vivir del esfuerzo ajeno se ha vuelto algo a ponderar. Donde se ha invertido el apotegma que dice: 芦En la nueva Argentina de Per贸n, el trabajo es un derecho que crea la dignidad del Hombre y es un deber, porque es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume禄 por el apotegma 芦el trabajo y la producci贸n lo hacen los otros para mi beneficio, y subrepticiamente potenciamos la pobreza y la indignidad, para mantenerlos en esa rueda giratoria infinita de explotaci贸n rent铆stica y de agiotismo禄.

El mandato (o dictadura) social y familiar en este contexto se torna ley, mediante el chantaje emocional. Si no se cumple con la obligaci贸n del mandato social perjudicial, an贸nimo. antojadizo, antinatural y materialista, se tendr谩 la responsabilidad por esa desobediencia, teniendo la condena social y familiar, el ostracismo social y familiar, cuando no causantes de divorcios matrimoniales o simplemente vidas cuya cotidianeidad trasunta en confrontaci贸n y peleas continuas.

De esa amada Argentina de la cultura del encuentro y la celebraci贸n, a una Argentina divisionista, violenta, nocturna, donde celebrar significa tener conductas l铆mites, temerarias y viciosas con la ingesta de sustancias que alteran la conciencia y la conducta. De ese contexto violento y vicioso surgen gran parte de las familias actuales, con la formaci贸n de parejas entre los j贸venes.

De una Argentina donde dialogar se ha transformado en una 鈥渄octrina de la oposici贸n鈥 para destruir, para buscar el defecto en el ojo ajeno, de proyectar los propios defectos en el pr贸jimo, pero omitir siempre un examen propio y una autocr铆tica sana para lograr una armon铆a personal y comunitaria.

Oponerse por oponerse, como pol铆tica de impedir y como demostraci贸n de miedo a que el otro pueda hacer o 鈥渓legar鈥, y de esta manera evitar sentirse menos. Envidia.

El deporte de contradecir al pr贸jimo por el s贸lo hecho de estorbar, 鈥減alos en la rueda鈥 o simplemente intentar comunicarse para vomitar una sobre acumulaci贸n emocional, provocada por la falta de comunicaci贸n inveterada y psicosis social (como tener falsas creencias acerca de lo que est谩 sucediendo, de qui茅n se es, de qui茅nes somos, o llegar a conclusiones de cosas que no existen)..

La falta de normas rectoras o la incapacidad de la estructura comunitaria de proveer a los habitantes lo necesario para lograr las metas como pueblo, la anomia social.

Anomia social donde el contravalor pasa a ser norma y el valor constructivo del amor y la solidaridad verdadera (no la solidaridad como caridad y como expectoraci贸n de lo robado previamente por parte del caritativo al pobre, que lo devuelve como veneno en chirolas llamado caridad, tratando de lavar culpas por sus delitos econ贸micos), pasan a ser la excepci贸n.

El di谩logo s贸lo manifestado como obstrucci贸n y reproche, para destruir al pr贸jimo y no para lograr la uni贸n y la consecuci贸n de un destino com煤n.

Un di谩logo de sordos, ciegos y mudos, donde prevalece la siguiente ley: 鈥渘o estoy de acuerdo con vos, pero no conozco y no me interesa lo que dec铆s鈥.

Esa anomia social en que los padres de familia recomiendan a los hijos irse de la Argentina con el argumento vac铆o y economicista de que el pa铆s 鈥渘o les da nada鈥, ignorando o mejor dicho, vituperando al General Per贸n cuando nos ense帽贸 que 鈥渁l pa铆s lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie鈥 y como sabiamente dijera John F. Kennedy, 鈥淣o preguntes qu茅 puede hacer tu pa铆s por ti, sino qu茅 puedes hacer t煤 por tu pa铆s鈥. Antipatriotismo e incivismo desde las bases y desde la familia misma.

Es esa ley de la anomia, de negar al pr贸jimo, buscando la salvaci贸n y la ventaja econ贸mica. Ceguera.

La norma social vigente, es el comportamiento del reba帽o huyendo del depredador que lo ataca.

Incomprensi贸n provocada voluntariamente con el fin de no hacerse cargo de nada y evitar compromisos para consigo mismo y para con los dem谩s. Deslealtad, infidelidad, cobard铆a. El 芦no puedo禄 que oculta un 芦no quiero禄, por antonomasia.

Mi Argentina amada, donde el sagrado matrimonio y los hijos, se han transformado como excusa de vida, algo para relleno porque se est谩 vac铆o por dentro, como una guarida para el ejercicio de la cobard铆a, y no como un factor de amor, de orden personal y social y de amor a la Patria. La entidad de la familia como un cascar贸n vac铆o y disoluble. De la familia cl谩sica, vinculada al amor y la fidelidad matrimonial, a la familia ensamblada. M煤ltiples padres y madres de hijos entremezclados, (incluso con el aborto al alcance de la mano), viviendo a煤n los adultos separados o divorciados en la misma vivienda, por falta de acceso a la misma. Una especie de poligamia forzada por la violencia sist茅mica, la incultura, la necesidad, la pobreza y el decaimiento social, similar a la 芦familia de hecho禄, donde se 芦negrean禄 a los hijos, no declarando al padre en el Estado, para as铆 continuar cobrando la asistencia social.

De esas amadas y orgullosas familias argentinas de no hace muchas d茅cadas que integraban nuestra querida Argentina, a la actual familia donde la norma es la manipulaci贸n, entre la pareja, entre padres e hijos, utilizando el miedo, la obligaci贸n y la culpa como din谩micas transaccionales.

Misma ley se da en la econom铆a informal y familiar. Si el familiar o trabajador no tiene las garant铆as y recursos correspondientes, ser谩 un esclavo laboral, psicol贸gico y emocional, con autoestima condicionada, por medio del chantaje emocional del manipulador o manipuladora, sea 茅ste familiar, sea de un socio, o sea un locador 芦de confianza禄, o quien quiera que sea al que se le deba alg煤n 芦favor禄 en cualquiera de sus formas.

Esa otra Argentina, donde la familia, los hijos y el trabajo se han transformado en una excusa y un escudo para la negaci贸n y la no participaci贸n ni c铆vica, ni social, ni pol铆tica. 驴C贸mo puede estar primero la familia, pero nunca la Patria? Esa inversi贸n supresiva de la Patria es el germen de la destrucci贸n, precisamente, de la misma familia.

驴Qu茅 m谩s orgullo podr铆a sentir un hijo, el de tener un padre que luche por los derechos de su familia, de su pueblo y de su Patria?

Es que los hijos han mutado hacia una excusa para la no lucha, para la indiferencia, para la apat铆a, para la falta de compromiso y para la falta de reacci贸n ante las terribles injusticias. La norma es 鈥渕ientras la injusticia no me toque, no digo nada鈥. El viejo no te met谩s.

Y lamentablemente, en no pocos casos, los hijos han pasado a ser instrumento de extorsi贸n de la pelea matrimonial y v铆ctimas de alienaci贸n parental, donde la vivienda se ha transformado en un lugar de pesadilla y no de armon铆a; la vivienda transformada en escondite y en muro de protecci贸n, que excluye al m谩s necesitado. Viviendas con puertas y ventanas cerradas y enrejadas, y en sus p贸rticos, ciudadanos en situaci贸n de calle durmiendo a la intemperie. La vivienda como c谩rcel.

Nosotros decimos
La transmutaci贸n de los disvalores individuales y colectivos debe comenzar. Volver a esa Argentina bella, pujante, solidaria, poderosa, inteligente, audaz, dialoguista, familiar, consciente, comunitaria, alegre y trabajadora.

Primero la Patria, luego el movimiento y despu茅s los hombres y mujeres con sus familias dignas.

La familia no como escondite sino como n煤cleo de amor, participaci贸n y organizaci贸n comunitaria. Familia no como excusa, sino como el jard铆n lleno de flores cuyos p茅talos siguen al sol y polinizan hijos fuertes, conscientes y capaces de tomar la posta del trasvasamiento generacional, cuando el tiempo sea el adecuado y que ello promueva la mejora y el recuerdo pr谩ctico y consciente de la generaci贸n de nuestros padres y abuelos, aprendiendo de ellos y no que se los olvide por una moda enga帽osa o por un supuesto avance en el conocimiento o cambio tecnol贸gico.

Nosotros somos el sano equilibrio entre individuo y comunidad. No hay extremos all铆. Si no hay equilibrio, hay trampa.

Decimos el trabajo como rector solidario, no como actividad exclusiva para ganar dinero. El trabajo, es solidaridad para con el pueblo mismo, pues trabajo, significa dar algo de s铆 mismo para la Patria, para s铆 mismo, para la familia, el trabajo es aporte comunitario, de lo contrario, el trabajo no es trabajo, sino subsistencia y esclavitud, con el miedo, la especulaci贸n y la manipulaci贸n como valores rectores.

Nosotros queremos arreglar al pa铆s entre todos; nosotros no queremos s贸lo pedirle y sacarle a la naci贸n Argentina sin entregar nada a cambio, nosotros queremos darle, queremos aportarle, queremos elevar y queremos amar a la Argentina, pues as铆 nos estamos retribuyendo y amando a nosotros mismos.

Argentina amor de mi vida, siempre lucharemos por vos, por tus valores justos, libres y soberanos.

Ariel Valloud
Labor Peronista

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