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ARGENTINA
13-04-2023
De Quilmes a Concordia, sÃntomas de un final de época. Nadie mira ni a los pobres ni la pobreza.
2023-04-13-hora 6:32
Análisis de la situación polÃtica actual con Concordia y Quilmes como paradigma.
La semana pasada se conocieron dos datos muy tristes.
Por un lado, el dato de pobreza que asciende en Argentina al 39,2% medido a fines del año 2022 (lamentablemente hoy debe ser mayor aún). Desagregado por ciudades, Concordia (Entre RÃos) es la más pobre del paÃs con 55,2%; cierran el podio Resistencia (Chaco) y Santiago del Estero. Por otro lado, y como consecuencias de la pobreza, el viernes 31 de marzo amanecimos con la noticia que una bebé murió en las puertas de la Casa Rosada. Sus padres eran de Quilmes y vivÃan en la calle tras quedarse sin casa por problemas familiares. Agravado el cuadro por problemas de adicción y problemas intrafamiliares. Son los sÃntomas de un desastre polÃtico y social.
Concordia y Quilmes además de haber sido noticia, comparten muchas caracterÃsticas comunes: pobreza, falta de inversión (en ninguna de las dos pasa nada nuevo desde hace décadas), falta de oportunidades de empleo, inseguridad, y ambas fueron gobernadas siempre por la polÃtica tradicional. Es la consecuencia de una forma de hacer polÃtica, un modelo. En el caso entrerriano desde el ‘83 gobierna el partido peronista. En el caso bonaerense alternadamente el peronismo y Cambiemos. Al modelo se lo podrÃa describir de manera simple: corrupción, mediocridad y desidia. A ésta trÃada la cruzan ideologÃas y personajes de diferentes carismas, que hacen al modelo gatopardÃstico en palabras de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, pero los resultados son los mismos.
Modelo agotado
Hay algunos sÃntomas en los que me baso para decir que estamos en las puertas de un final de época. Su final no será ya, pero claramente está mostrando indicios de que estamos en proceso de cambio de época. ¿Qué viene después de eso? Ahà la mayor preocupación que dejaré para desarrollar al final de esta columna. Volvamos a los sÃntomas.
El modelo de corrupción, mediocridad y desidia tiene una de sus columnas en el consumo. Estimular el consumo todo lo que se pueda para generar la sensación de bienestar. Incluso un consumo que estadÃsticamente puede dar crecimiento pero que no es desarrollo real. Bien estudiado tiene la ciencia económica que un crecimiento del PBI no implica que haya un crecimiento en la riqueza real. Vamos a un ejemplo: la tÃpica clase media argentina lograba que un inmigrante que llegó sin nada pudiera (trabajando duro) tener su casa, construirle alguna otra a sus hijos y hasta tener una casita de fin de semana o de vacaciones. A la siguiente generación le costó llegar a la casa propia y cada tanto cambiaba el auto. Ya pocos se ilusionaban con mayor riqueza que esa. Los jóvenes de la clase media ahora aspiran a cambiar el celular o a comprarse una motito. La clase media, pilar de la polÃtica tradicional, se empobreció y ya no los acompaña fervorosamente como antes. Hoy busca quién los represente mejor.
La clase alta en Argentina, según consultoras privadas, comienza con ingresos de 2000dólares por familia. Es lo que ganan dos jóvenes mileuristas en el viejo continente y allá rasguñan para no caer en el segmento de menores ingresos de la población. Asà de devaluada está nuestra economÃa. Pero son problemas de la clase alta dirÃan algunos. Los más pobres, los que más padecen el modelo, son ya el 40% pareciendo ser ya un porcentaje estructural lamentablemente. Esta población, bastión de la polÃtica tradicional, está siendo captada por los movimientos sociales y por iglesias evangélicas. Y si bien, estos últimos, no se han organizado polÃticamente aún, si dan contención por fuera de los clásicos punteros polÃticos, de uno y otro partido. Aquà otro sÃntoma de final de época para la polÃtica tradicional.
Otro corte poblacional, los llamados trabajadores (todos trabajamos, pero sigamos con ese criterio que es ampliamente reconocido para el lector), también están abandonando las estructuras tradicionales. Entre los que están desocupados, en negro, los que son monotributistas, cuentapropistas y el avance de la izquierda entre los delegados sindicales, los gremios tradicionales están perdiendo afiliados y peso en las decisiones polÃticas. Perola pérdida de influencia es bidireccional, también los partidos tradicionales están perdiendo arraigo entre los trabajadores asalariados. Ya no alcanza con tener un sueldo en blanco para dejar de ser pobre, cuando ese era un histórico motor de ascenso social. Son también muestras del agotamiento de un modelo.
Hay un actor que también está quitándole poder a la polÃtica tradicional, y es el narcotráfico. Sea porque se les fue de las manos, porque hay connivencia, corrupción, mediocridad o desidia, pero ya es una realidad que atraviesa al paÃs: desde Quilmes a Concordia, pasando por el NOA y Rosario, hasta pueblos como Villegas en la Provincia de Buenos Aires (ésto estan largo que da para otro artÃculo). Incluso el caso de Rosario es muy interesante porque allà gobernó el partido socialista en coalición con el radicalismo durante décadas demostrando que no es un problema de color polÃtico, sino de forma de hacer polÃtica: con ideologÃa, sin soluciones concretas, la gestión de ‘lo atamos con alambre' y el ‘vamos viendo' mientras unos se benefician a costa de muchos.
Lo que puede suceder, lo que creo que deberÃa suceder y lo que deberÃamos evitar que suceda
El primer punto es el más incierto, pero la historia como maestra nos enseña que hay posibilidades de radicalización del discurso polÃtico y que ganen personalidades que no tienen ni la menor idea de cómo gobernar ante la complejidad de temas que abarca la polÃtica. Un ejemplo de ello viene de Italia cuando el Movimiento 5 estrellas (Cinque Stelle) llegó al poder impulsado por el hartazgo de la sociedad con la polÃtica tradicional italiana y por la figura popular del cómico Beppe Grillo. Éste se valió de su conocimiento para criticar a todos los partidos tradicionales, gritando y gritando en televisión, pero sin ofrecer soluciones alternativas más allá del que se vayan todos y alguna idea suelta aquà y allá (suena conocido, ¿no?). El gobierno del Movimiento 5 estrellas junto al partido La Liga de Mateo Salvini fue un fracaso total y una decepción para el electorado italiano. Se mezcló ideologÃa, incapacidad, populismo, falta de un programa claro.
Segundo, lo que creo que deberÃa suceder, lo resumirÃa en el concepto de programas de gobierno. Porque por un lado, son la salida al discurso ideológico, y por el otro al estancamiento de la falta de soluciones en el que nos tienen los partidos tradicionales. La única forma que hay para salir de este cÃrculo vicioso es elaborando diagnósticos claros, haciendo público lo que uno cree que la raÃz de cada problema es (no es lo mismo decir que la inflación es un fenómeno monetario a decir que es por codicia de los empresarios). Y presentar detalladamente qué se propone para solucionar cada problema, cómo se financia, el lapso de tiempo que toma cada solución, la forma y metodologÃa de implementación, la organización y gestión de los equipos y proyectos. Todo claro y abierto al debate público. Una democracia más deliberativa. Porque la delegativa solamente, sin contrato explÃcito quedó muy lejos de la representación de lo que los votantes esperan. El modelo de la polÃtica tradicional del ‘votame y después vemos', cada vez representa a menos gente.
El tercer y último punto tiene que ver con aquello que deberÃamos evitar en las próximas décadas. La crisis de representación podrÃa llevarnos al primer punto de los extremos vacÃos de contenido que serÃa importante evitar. Sin embargo, los sÃntomas mencionados aquà son señales de un final de época, lo más probable es que no sea un final inminente, sino que la forma tradicional de hacer polÃtica perdure un tiempo más; cada vez con menos apoyo popular, pero con el suficiente aún para seguir ganando elecciones y manteniéndose en el poder. En ese escenario estarÃamos dejando en las manos de los que ya han demostrado un rotundo fracaso de esta forma de hacer polÃtica una nueva oportunidad muy grande. La oportunidad que dará en los próximos años el litio y otros minerales valiosos, Vaca Muerta, la explotación del mar argentino, el agua en sus diferentes posibilidades, el turismo y la producción de alimentos a gran escala, la creatividad e innovación de nuestra creciente industria del conocimiento que exporta más cerebros que productos y servicios, la ampliación de la frontera agrÃcola ganadera con tecnologÃas y técnicas nuevas, y otras posibilidades de desarrollo más que están potencialmente ahà para explotarlas. Supongamos que cada una pueda darnos diez mil millones de dólares por año, en un cálculo conservador y prudente, dejarlas en manos de la corrupción, la mediocridad y la desidia serÃa otra oportunidad desaprovechada más de nuestra historia y nos harÃa profundizar los problemas que hoy tenemos.
La salida es polÃtica. Sin ninguna duda que es polÃtica. Los volantazos sin un norte no llevan a nada bueno. Pero debe ser una polÃtica que proponga soluciones concretas para la cosa pública y que enriquezca el debate polÃtico. En la polÃtica tradicional eso no está, su modelo está agotado y por eso los resultados de pobreza que tenemos.
Por el Presidente Nacional de PolÃticas para la Republica.
Milan C. Jelic
Politólogo, urbanista, doctorando en economÃa