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Ferroclub Central Entrerriano
ENTRE RIOS
19-12-2019
Hace 10 años comenzaba un sueño entrerriano sobre vías.
2019-12-19-9:05
El sábado 19 de diciembre de 2009 muchos pueblos de Entre Ríos volvieron a sentir el temblor y la bocina de un tren de pasajeros después de 16 años de abandono.
En marzo de 1993, el último Fiat amarillo con filetes rojos salió de Concepción del Uruguay para llegar a la estación Paraná, y de allí, a estacionarse a unos metros, en lo que resulto su tumba final.
El tren que tantos pasajeros había transportado durante 105 años, y que cubría el trayecto de costa a costa en algo más de 5 horas, con velocidades que superaban los 100 kilómetros, dejaba a decenas de pueblos y ciudades sin la facilidad y la economía del servicio más confiable y seguro , porque a Menem se le ocurrió y el resto de la clase política lo consintió.
En ese momento, no sabíamos que el ferrocarril, al no tener quien lo defienda, era empujado a la hoguera por el Gobierno que facilitaba a las empresas de colectivos todos los corredores que dejaba el tren. Descubrimos, que no hubo Intendentes, dirigentes ni políticos que se opusieran al despojo, pues el argumento era, que el ajuste serviría para que la Argentina estuviera mejor. Que el Ferrocarril era un cáncer para el país.
SÁBADO 19 DE DICIEMBRE DE 2009
Si bien se hizo del “modo Argentino”, ese sábado caluroso de diciembre, la vieja locomotora 6942, “concesionada” a la empres privada (regalada debe decirse) inicio a las 11 de la mañana su marcha desde Concepción del Uruguay, con cuatro vagones donde el mismo Gobernador Sergio Urribarri (hijo de Ferroviario) caminaba entusiasta ante la gente en todo su recorrido, por los más de 20 pueblos que recorría el tren hasta su llegada en la lluviosa noche a Paraná. "el tren arranca hoy para no detenerse más", era la frase de Urribarri ese día.
Se anunciaba que en marzo de 2010, comenzaría con al menos dos viajes semanales para con el tiempo volver, como antaño, a las salidas diarias. Para ello, había llegado de Córdoba una moderna unidad Materfer, de colores blanco y rojo, con asientos reclinables y aire acondicionado, lo que aseguraba un viaje placentero y a la altura del siglo 21. Luego llegarían 5 unidades más, las que sumada a 10 coches motor Tecno Tren, auguraba un nuevo comienzo estatal del ferrocarril de Entre Ríos, bajo la sigla UEFER.
MODO ARGENTINO
El “modo Argentino” con que se implemento este servicio entre abril de 2010 hasta febrero de 2016 (clausurado en el gobierno de Macri) se baso en presentar unidades relucientes e impecables, andando sobre vías que hacía 20 años no gozaban de una renovación ni aplicación de una maquina niveladora y alineadora, como se merecían los trenes de última generación. Solo se corto el pasto, algunos árboles (muchos rozaban y rayaban la formación) se cambiaron algunos durmientes y se trabajo con pocas cuadrillas para los casi 300 kilómetros de recorrido. Las cuadrillas, además de escasas; Paraná, Lucas Gonzales, Rosario del Tala y Herrera, se movían como en 1935, con las zorras Ferrocar de ese tiempo. No tenían auto de vía para patrullar el recorrido antes de la única salida (el servicio fue de un tren semanal) por lo que muy a menudo, el Materfer descarrilaba por montículos de tierra u obstáculos, ya que desde su ultima pasada del domingo anterior, nadie había completado el trayecto.
Se tardaban como mínimo 8 horas de recorrido, cuando se llegaba, porque a veces, los pasajeros eran recogidos por colectivos, después de caminar kilómetros entre las vías, porque no había un tren de auxilio ni atrás (Paraná) ni adelante (Basavilbaso o Concepción del Uruguay.)
Ese modo argentino, con todos los defectos relatados, es infinitamente mejor al estado de abandono que quedo el ramal que atraviesa la provincia de río a río, que a pesar de sus falencias, salía siempre lleno de Paraná.
Un párrafo especial merece Basavilbaso, que en el año 2015, su municipalidad construyo un zanjón de más de 2 kilómetros a la orilla del terraplén de la vía, haciendo peligrar su estabilidad, sin que ningún “experto” lo hubiera advertido, lo que contribuyo, a dar la excusa perfecta para clausurar el servicio ni bien asumió el Gobierno de Mauricio Macri.
REALICE UN SOLO VIAJE EN EL MATERFER
La premonición me sugería, que no bastan solo las buenas intenciones, y que esto no duraría mucho.
Una calurosa tarde de enero de 2015, nos subimos con mi familia al Materfer 001 en Paraná a la hora 13 y llegamos a Concepción del Uruguay a las 11 de la noche. Fueron 10 horas de viaje con mucho patinaje, producto del pasto del verano y de la falta de “pisada”, pues hacia una semana que esa vía no tenía transito.
Los pasajeros no se molestaban por las horas que tardaba, porque sabían que esto era así, porque además pagaban muy poco por esa travesía, era un peso por estación ( equivalente a 10 centavos de dólar) que se mantuvo hasta el final, en febrero de 2016, cuando sin piedad ni un mínimo de dolor clausuraron el servicio para siempre.
Ni siquiera se les ocurrió patrullar el ramal, para evitar la maleza y mantenerlo, ni tampoco un tren de carga.
La capital del Riel, Basavilbaso, con un intendente del mismo signo del gobierno nacional –Gustavo Hein- no reclamo por el tren, ni arreglo el zanjón, tampoco propuso un tren de Buenos Aires con turistas para levantar sus pocas concurridas Termas. En definitiva, el ferrocarril no tiene quien lo defienda.
El 19 de diciembre me toco viajar en ese tren simbólico entre Caseros y Basavilbaso. En Caseros, Herrera, Mantero y “Basso”, cantidad de personas se esperanzaban en la vuelta del ferrocarril, haciéndolo saber con los ojos húmedos de la emoción de la buena noticia. Compartí el viaje con mi hijo Alan y Roberto “Pucho” Castro, y los tres creímos que esa puesta en escena se correspondía con el futuro que le esperaba al país
Una vez más descubrimos la farsa de la política Argentina que termino
marchitando el sueño entrerriano por obra y gracia de dirigentes políticos sin talento, capacidad, y mucho menos amor propio.
Rafael Pirolla.
