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FRANCIA
07-09-2022

El autor de "El Principito". La historia del hombre que volo por Entre R铆os y aterrizo en Concordia en 1929.

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(Villa Elisa al Dia)

2022-09-07-8:13
Un avi贸n desaparecido, pilotos nazis y una pulsera en la red de un pescador: el final tr谩gico de Saint-Exup茅ry
El aviador y escritor ten铆a 44 a帽os y quiso combatir contra los alemanes, pero por su edad solo obtuvo el cargo de piloto de reconocimiento.


"Una ma帽ana apacible de 1929, Antoine de Saint Saint-Exup茅ry pon铆a pie en la costa de Entre R铆os -all铆 donde Concordia asomaba a pasos lentos- sin hab茅rselo propuesto, forzado por el insoportable quejido del motor de su m谩quina aeropostal. El aviador hab铆a tenido la osad铆a de alterar la tranquilidad de las lomadas, las selvas en galer铆a y la orilla del r铆o Uruguay, el p谩ramo agreste en el que viv铆an esos hombres audaces, tan desconfiados como su inesperado hu茅sped." Cristian Sirouyan.


Un 31 de julio de 1944 parti贸 en una misi贸n, qued贸 fuera de los radares y no regres贸 a la base. Al no ser encontrados sus restos, fueron muchas las teor铆as sobre su desaparici贸n. Hasta que el hallazgo de un brazalete grabado redirigi贸 la b煤squeda y ayud贸 a descifrar parte del enigma


Por
Mat铆as Bauso
7 de Septiembre de 2022.
Infobae


Ten铆a combustible para volar una hora m谩s pero desapareci贸 de los radares y nunca regres贸 a la base. El 31 de julio de 1944, hace poco m谩s de 78 a帽os, el escritor y aviador Antoine de Saint-Exup茅ry parti贸 por la ma帽ana en una misi贸n de reconocimiento en un avi贸n Lightning P38, en plena Segunda Guerra Mundial. Y nunca m谩s volvi贸 a saberse de 茅l. Se tejieron muchas conjeturas sobre su destino. El franc茅s era muy conocido por sus libros Vuelo Nocturno, Correo A茅reo, Tierra de hombres. Un a帽o antes se hab铆a transformado en una celebridad con la publicaci贸n de El Principito, que se convirti贸 en un cl谩sico instant谩neo.

驴Habr铆a sido capturado por los nazis? 驴Se trataba de un suicidio? Durante d茅cadas no hubo ninguna pista, ning煤n tipo de hallazgo, solo preguntas. Un gran enigma que perdur贸 hasta que un pescador encontr贸 un elemento personal del piloto que comenzar铆a a develar parte del misterio sobre los hechos de ese d铆a.

Pese al 茅xito, Saint-Exup茅ry, radicado en Nueva York, no encontraba tranquilidad. Deseaba volver a Francia y combatir a los alemanes. La edad era un impedimento. No pod铆a realizar vuelos de combate. Ten铆a 44 a帽os. Su obstinaci贸n y sus contactos lograron que se hiciera una excepci贸n a la norma que imped铆a los vuelos b茅licos a mayores de 30 a帽os. Obtuvo un puesto como piloto de reconocimiento en Europa.

En las primeras misiones tuvo algunos inconvenientes y destroz贸 una nave en el aterrizaje. Estuvo ocho meses en tierra. Hasta que en julio de 1944 otra vez lo dejaron subir a un avi贸n.

Los Aliados hab铆an hecho pie en Europa. El D铆a D, el desembarco en Normand铆a hab铆a cambiado la ecuaci贸n. El siguiente desembarco estaba planificado en Provenza. Al escritor franc茅s se le encomend贸 sobrevolar la zona, a gran altitud, para inspeccionar, fotografiar y detectar el estado y el modo de las defensas alemanas. En cumplimiento de esa misi贸n, Antoine de Saint-Exup茅ry desapareci贸.

Durante d茅cadas fue un misterio qu茅 ocurri贸 con 茅l. Esa muerte fue terreno f茅rtil para todo tipo de suposiciones y teor铆as. Algunos elementos abonaban el enigma: no se hab铆a recibido comunicaci贸n de radio, la nave desapareci贸 s煤bitamente del radar y nunca se hab铆an encontrado restos del avi贸n ni en el agua ni en tierra.

En la Segunda Guerra Mundial deben haber existido cientos de casos como estos. Fue un festival macabro de muerte y soldados desconocidos, de an贸nimos masacrados. Pero la estela de Saint-Exup茅ry ameritaba que el misterio siguiera aliment谩ndose. Y con las especulaciones m谩s diversas.

Algunos sosten铆an que el piloto se desvaneci贸 al comando del avi贸n por la falta de ox铆geno y que eso produjo el final. De esa teor铆a se aferr贸 Hugo Pratt para imaginar los instantes finales de Saint-Exup茅ry en el que fue su comic final: Saint-Exup茅ry, el 煤ltimo vuelo. Pratt hace que en esos minutos el aviador haga un repaso de su vida y hasta dialogue con El Principito. Otros han afirmado que averiado por un ataque alem谩n, el franc茅s realiz贸 un aterrizaje de emergencia y fue apresado y muerto en tierra por soldados nazis. La tercera teor铆a, la que m谩s adeptos tuvo con el correr de los a帽os, indicaba que, divisado mientras cumpl铆a con sus tareas de inspecci贸n, el avi贸n de Saint-Exup茅ry fue derribado por un piloto enemigo y se precipit贸 en el mar. Hasta hubo quienes dijeron que se hab铆a suicidado y que voluntariamente impact贸 el Lightning P38 contra el mar.
La pulsera del Antoine de Saint-Exup茅ry que apareci贸 dentro de la red de un pescador franc茅s que ayud贸 a develar parte del misterio de la desaparici贸n
La pulsera del Antoine de Saint-Exup茅ry que apareci贸 dentro de la red de un pescador franc茅s que ayud贸 a develar parte del misterio de la desaparici贸n

En 1998 en la red de un pescador franc茅s, entre salmones y otras especies, se empez贸 a desentra帽ar el enigma. Entre los pescados, el hombre divis贸 algo que brillaba tenuemente. Al acercarse vio que entre restos marinos, hab铆a una pieza de metal. Se ilusion贸. Dese贸 que fuera oro. Al limpiarla descubri贸 que era una peque帽a pulsera. All铆 estaba inscripto el nombre de su antiguo due帽o: Antoine de Saint-Exup茅ry. Para que no quedaran dudas tambi茅n estaba el nombre de su esposa, la mujer de a que se enamor贸 en Argentina mientras instalaba el sistema de Aeropostale en el pa铆s, la salvadore帽a Consuelo Sunc铆n. La inscripci贸n se completaba con los datos de su casa editorial en Nueva York (Reynal and Hitchcock inc. 3864thave. NY City USA), la que public贸 por primera vez El Principito.

Ese hallazgo provoc贸 una peque帽a conmoci贸n. Por un lado era una prueba contundente de que el final del escritor franc茅s se encontr贸 en el mar; por el otro cambiaba el sitio de b煤squeda de rastros de la aeronave. Durante casi medio siglo se lo hab铆a buscado en la zona de Niza y sus alrededores. Esta peque帽a cadena redirig铆a la b煤squeda hacia Marsella y Toulon.

De inmediato hubo quienes que se pusieron a rastrear obsesivamente la zona. La pesquisa tuvo 茅xito en el 2004. Al este de la Isla de Riou, en la zona de Toulon, se logr贸 extraer del fondo del mar parte de los restos de un avi贸n.

Fue un trabajo de m谩s de tres a帽os. A principios del nuevo siglo un submarino hab铆a avistado los restos. La fe y la intuici贸n de uno de los que intentaban descubrir qu茅 hab铆a sucedido con el autor de El Principito hicieron el resto. La pieza tra铆a un n煤mero de serie que hac铆a que la perseverancia hubiera valido la pena. Luego de 60 a帽os de especulaciones hab铆a llegado el tiempo de las certezas. Una limpieza profunda permiti贸 descubrir, grabado en una de las piezas rescatadas, un n煤mero de serie: 2734. El n煤mero pertenec铆a a la matr铆cula militar del avi贸n de Saint-Exup茅ry.


Ese descubrimiento no bast贸. Si bien se sab铆a el 煤ltimo destino del avi贸n todav铆a faltaba descubrir las motivaciones de la precipitaci贸n de la nave en el agua. Se encontraron otras partes del avi贸n. Ninguna presentaba orificios producidos por balas. Sin embargo una buena parte del fuselaje permanece inhallable por lo que no se debe descartar que haya habido impactos.

Los obsesionados con Saint-Exup茅ry son legi贸n. Uno de ellos habl贸 telef贸nica o personalmente con m谩s de mil pilotos de la Luftwaffe, la fuerza a茅rea alemana en la Segunda Guerra. Los llamados ya los hac铆a protocolarmente, preguntaba por obligaci贸n, dominado por su obsesi贸n, pero casi no escuchaba las respuestas. Hab铆a perdido las esperanzas. Hasta que en el 2008, la voz resquebrajada de un hombre 86 a帽os lo sacudi贸. Ese hombre, Horst Rippert, le dijo que desde los 煤ltimos descubrimientos, estaba en condiciones de afirmar que 茅l hab铆a sido quien derrib贸 el avi贸n de Saint-Exup茅ry. Que esa ma帽ana de julio de 1944 sobrevolaba los cielos de Toulon protegiendo a las tropas alemanas que se encontraban en tierra. Y que de pronto divis贸 por sobre su cabeza un Lightning P38. 鈥溍塴 volaba 3.000 metros m谩s alto que yo, estaba efectuando una misi贸n de reconocimiento. Vi sus insignias tricolores y maniobr茅 para instalarme a su cola y derribarlo鈥, dijo Rippert.

El alem谩n ten铆a veinte a帽os en ese entonces. Cuando fue ubicado por el periodista franc茅s tambi茅n aclar贸 que no pod铆a asegurar que ese piloto que 茅l hab铆a derribado fuera el escritor franc茅s. Que no pudo ver ni distinguir qui茅n piloteaba el avi贸n entre el casco y las antiparras y la distancia que los separaba: eso es imposible en pleno vuelo. Pero que pod铆a asegurar que esa ma帽ana el hab铆a dado en el blanco y hab铆a derribado un Lightning P38. Ese fue uno de los 28 derribos de Rippert en la guerra.

El piloto en sus declaraciones de esos a帽os oscilaba entre el orgullo profesional y el dolor por haber sido causante de la desaparici贸n de un escritor al que admiraba ya en ese entonces. Como aviador, los libros de Saint-Exup茅ry hab铆an sido lectura casi obligatoria para 茅l.

La aparici贸n de Rippert a pesar de su contundencia no resuelve el misterio ni despeja todas las dudas. Rippert cont贸 con la ventaja de la longevidad, cuando dio su versi贸n ya casi nadie de los que pod铆an desmentirlo estaba vivo.

Sin embargo un investigador dio en un archivo con unos papeles que brindan otra versi贸n que colisiona con los dichos de Rippert. El informe de otro joven piloto alem谩n de 20 a帽os que cuenta que 茅l tambi茅n derrib贸 un avi贸n similar ese 31 de julio. Robert Heichele, que d铆as despu茅s fue abatido en otra batalla, narr贸 en ese informe oficial y en una carta a un amigo que 茅l con su caza Landser hizo precipitar al mar el avi贸n de observaci贸n que sobrevolaba Toulon. Ninguno de estos testimonios o documentos son contundentes para determinar qui茅n fue el causante de la muerte del escritor franc茅s.


Antoine de Saint-Exup茅ry, a 78 a帽os de su muerte, perdura a trav茅s de su obra. As铆 es la vida de los escritores. Una existencia que se prolonga mucho m谩s que la de su permanencia en la tierra (o en los cielos en este caso). Su esp铆ritu aventurero, su vocaci贸n por luchar contra la injusticia lo llev贸 a batallar en lugar de disfrutar los frutos de su 茅xito y del reconocimiento mundial. No fue elecci贸n. Era una pulsi贸n, una fuerza incontrolable contra la que no pod铆a pelear, a la que deb铆a seguir.

En su biograf铆a est谩n sus libros, los primeros vuelos, la pasi贸n por volar, el viaje a la Argentina, su casamiento con Consuelo, el accidente en el Sahara que le provoc贸 fracturas varias y en el que casi muere de sed e inanici贸n, su posicionamiento durante la Segunda Guerra Mundial, su insistencia por participar activamente, por no ser un espectador, y su muerte.

Esa muerte que en los 煤ltimos a帽os se fue despejando, fue encontrando algunas precisiones pero que a la que siempre rodear谩 el misterio. Y, quiz谩, no est茅 mal que as铆 sea.

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