Bomberos 100
Policia 101
Hospital 107

GUALEGUAYCHU
07-06-2015

UN MÁRTIR DEL PERIODISMO ENTRERRIANO
Por Gustavo Rivas

(Villa Elisa al Dia)

07-06-15-18:43
Sobre el salvaje asesinato de Julio Modesto Gallard, en 1907.

Este relato, en adhesión al día del periodista, está referido a un crimen perpetrado en 1907 en el centro de nuestra provincia. Olvidado por la opinión pública durante más de un siglo, hoy es objeto de un renovado interés por sus singulares características. Este clima de homenaje comprende tanto al humilde carrero asesinado, como al joven periodista que lo contrató, ejemplo de honestidad y valentía.

A principios del siglo pasado, convivían en Entre Ríos los resabios de la “policía brava”, con el surgimiento de periodistas independientes y combativos. El choque era inevitable y entre los antecedentes, hubo un caso resonante ante la justicia: “Latallada c/ Podestá” en 1889. Tuvo gran repercusión, al punto de asumir Osvaldo Magnasco el patrocinio del actor contra Francisco Podestá, director de El Trabajo de Nogoyá, por sus graves acusaciones al Comisario de esa ciudad.
Pero en 1907 ocurre algo peor que una imputación injuriosa: un humilde carrero fue salvajemente degollado: Julio Modesto Gallard. Traía la imprenta al joven periodista Antonio R. Ciapuscio, para reabrir su periódico El Pueblo” de Villaguay, desde al cual denunciara antes, las reiteradas prácticas delictivas del Comisario Juan S. Hermelo. Éste en represalia, lo había perseguido hasta el asedio y debió irse a Colón. Allá se enfrentó a otro comisario, Francisco Batmalle¸ quien lo hizo encarcelar dos años, con graves torturas.
Recuperada la libertad y muy lejos de amilanarse, el joven periodista -29 años- decida volver a Villaguay a fines de 1906. Allí sufrió tantas presiones, que le costaba conseguir una finca para su periódico. Enterado del inminente traslado de la imprenta, Hermelo montó rápidamente un siniestro plan de interceptación y destrucción de la misma.
Al mando del operativo puso a Félix Santa Cruz, Comisario de La Capilla (hoy Ing. Sajaroff) e incondicional de Hermelo. Al grupo de tareas lo completaban Félix Santa Cruz, hijo, más los agentes Fortunato Chamorro y Eduardo Cisneros. El plan original era actuar enmascarados y limitarse a inutilizar la imprenta. Mientras, en Villaguay muchos apostaban a que el periódico jamás reabriría.
El 4 de enero de 1907 Gallard parte para Colón. Al llegar, encuentra un joven “muy atento”, quien le averigua cuándo sale, por qué camino etc. “Voy por el camino del puente del Gualeguaychú”. Era el criado de Pedro Santa Cruz, hermano del comisario de Capilla y cómplice suyo, quien lo había puesto a espiar sus movimientos.
Como los organizadores no tenían noticias, ni teléfono, se cursaban telegramas entre Hermelo y Santa Cruz sobre novedades de “los caballos”, refiriéndose en clave al viaje de Gallard, para esperarlo al regreso. “Los caballos ya salieron, van por el puente de Gchú”. Salen entonces a buscarlo y llegan hasta la barranca de la cañada Las Achiras, donde nace el A° Santa Rosa, zona despoblada en leguas a la redonda. Al demorarse el paso del carro, habían hecho una carpa y ahí se ocultaban esperando la presa. Cansados de esperarlo, supusieron que había tomado el camino de San Antonio y volvieron a La Capilla. El día 10, en Villaguay Justino Velásquez enviado por Hermelo, va a la casa de Gallard y pregunta a su esposa si su marido traería duraznos de Colón y para cuándo lo esperaba.
Recién el día 11 a las 3 de la tarde, del carro pasó por La Capilla. Al enterarse, Chamorro y Cisneros lo detienen a 20 cuadras y lo obligan a volver, muy contrariado él. En la Comisaría le explican que la imprenta “estaba embargada” y le quitan su cuchillo. Mientras, Félix Chico llegaba a Villaguay y vuelve enseguida con la orden verbal: ¡degollarlo! A las 20 parte la cuadrilla con el carro y el preso en dirección hacia Colón, para salirse de la propia jurisdicción. A Chamorro le entregan la cuchilla de Gallard; Eduardo Cisneros iba a cargo del carro y al frente de la expedición estaba el sanguinario Félix Chico. Al llegar al Arroyo Las Achiras rompen un alambrado y se meten en el campo San Merardo. Allí destruyen la imprenta y tiran el carro al agua desde la barranca ¡con caballos y todo! Gallard al ver eso, ya imaginaba su destino y gritaba desconsoladamente. Para silenciarlo, lo desvanecen con un rebencazo en la cabeza. Finalmente en el A° Santa Rosa lo bajan, lo atan de pies y manos y ahí mismo degüellan salvajemente, el viernes 11 de Enero a la media noche. El domingo 13 lo encuentra casualmente un peón -Amado Mingurena- de San Merardo que avisa a su capataz. Éste informa a la Comisaría de Capilla, a lo que Félix Santa Cruz le contesta secamente “no es de mi jurisdicción”.
En Villaguay su muerte trasciende recién el día 15; lo identificaron por una boleta a su nombre que tenía en el bolsillo. Félix Santa Cruz avisa a Hermelo y éste, muy rápido, detiene a 4 perejiles. Ya se usaba. Pero esa vez los infelices tuvieron suerte.
Porque, ni lerdo ni perezoso, el 23 de Enero Ciapuscio se presenta en Paraná y habla con el Gobernador, Faustino Parera, quien instruye al Ministro Luis Leguizamón. Éste envía un despacho a Hermelo ordenándole que se le brindaran a Ciapuccio las mayores garantías, y colaboración. Él sostuvo si se lo permitían, encontrará muy pronto a los culpables. Y así fue.
El resonante juicio penal en C. del Uruguay estuvo a cargo del juez Antonio Sagarna, célebre magistrado, historiador y miembro después de la Suprema Corte de la Nación. El fiscal no le iba en zaga: Benigno T. Martinez. Fue seguido con atención por todos los medios del país, muy especialmente los diarios El Litoral de Concordia , El Uruguay y La Juventud de C. del Uruguay, El Litoral de Curuzú Cuatiá (fundado por Francisco. Podestá) y La Prensa de Buenos Aires entre otros, dada la enorme conmoción que produjo el alevoso crimen. El abogado Salvador Sartorio, de brillante desempeño, patrocinó a Ciapuscio y la viuda de Gallard. Las condenas fueron contundentes: perpetua y prisiones de quince años.
Luego el pueblo de Villaguay, mediante una colecta popular, le regaló otra imprenta, que permitió a Ciapuscio abrir nuevamente su diario.
La inmensa repercusión del asesinato de Gallard marcó nuevos rumbos y determinó muchos cambios en resguardo del periodismo independiente.
Pasaron algunos años y en 1939 se levantó un monolito en el lugar del crimen, que luego quedó totalmente abandonado y su placa destruida. Pero este año, la comunidad de Villa Elisa ha procedido a restaurarlo para su reemplazamiento en estos días.
Finalmente, debemos señalar que Antonio R Ciapuscio, fue el padre del prestigioso Escribano que llevaba su mismo nombre y vivió en Gualeguaychú hasta 2002. Y que Julio Modesto Gallard era tío abuelo de la actual Diputada Nacional Ana Carolina Gaillard.
Quienes hemos ejercido el periodismo, les debemos a ambos nuestro sincero homenaje de reconocimiento en este día.

Bookmark and Share

Villa Elisa al Dia | 2006-2024 | radiocentenariofm@yahoo.com.ar | 03447-480472 / 03447-15550523