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BRASIL
04-12-2019

S贸crates, el crack que enfrent贸 a la dictadura y muri贸 por culpa de su alcoholismo

(Villa Elisa al Dia)

2019-12-04-17:57
A S贸crates s贸lo un enemigo pudo vencerlo. No fue la feroz dictadura brasile帽a que silenci贸 al pa铆s durante dos d茅cadas y a la que se anim贸 a enfrentar con creatividad.
Tampoco los defensores r煤sticos que intentaban frenar a como d茅 lugar la fantas铆a que generaba desde la plasticidad de su metro noventa. Mucho menos fue un conflicto la obligaci贸n que le impusieron sus padres de recibirse en una carrera universitaria antes de dedicarse de lleno al f煤tbol. No lo pudo detener la profunda depresi贸n en la que se sumergi贸 al emigrar al lejano f煤tbol italiano. A S贸crates s贸lo pudo destruirlo el vicio por el alcohol.

Fue un jugador de f煤tbol maravilloso, uno de los mayores cracks que dio Brasil. Y sin embargo, eso es apenas una parte de la biograf铆a de alguien que se transform贸 en s铆mbolo, en mito y, m谩s inesperado a煤n para un futbolista, en l铆der social. El hombre que cre贸 la Democracia Corinthiana. Un plantel de f煤tbol que en el medio de un gobierno militar implant贸 la democracia en el equipo para tomar absolutamente todos las decisiones; hasta las m谩s ins贸litas.

鈥淓n plena dictadura militar de Brasil, los jugadores de Corinthians tomaron el poder. Durante dos a帽os instauraron la Democracia Corinthiana. Ellos, los jugadores, decid铆an todo. Se reun铆an y democr谩ticamente, por mayor铆a, votando, decid铆an el m茅todo de trabajo, los sistemas de juego, los horarios de entrenamiento, la distribuci贸n del dinero, absolutamente todo. Los peores augurios, y sin embargo el Corinthians en esos dos a帽os de luminosidad democr谩tica convoc贸 a las mayores multitudes en los estadios de Brasil. Hizo posible el milagro de ganar dos veces seguida el campeonato de Brasil y ofreci贸 el f煤tbol m谩s vistoso de todos鈥, lo resumi贸 Eduardo Galeano en su ciclo Otra historia desconocida.

Tan claro con la pelota en los pies como al momento de dar un discurso, el Doctor S贸crates fue quien encarn贸 en primera persona la Democracia Corinthiana, el proceso m谩s revolucionario en la historia del f煤tbol mundial: a trav茅s de la unidad de un grupo de jugadores, S贸crates hizo tambalear en los 80′ al gobierno militar que somet铆a a Brasil desde hac铆a casi dos d茅cadas.

"Esto es lo que todos quieren: que cada jugador sea un alienado. El jugador s贸lo tiene que jugar. No puedes pensar, ni participar, nada. No puedes ir a un bar a tomar una cerveza con amigos, no puedes ir a ver un show, una pel铆cula, y mucho menos tener una opini贸n pol铆tica. Porque todos saben que el jugador tiene una tremenda ascendencia pol铆tica. Solamente el mismo jugador no lo sabe. Y siempre podan en la ra铆z. Si reaccionas, pierdes tu trabajo. Y si los m谩ximos dirigentes lo quieren, ya no juegas en ning煤n lado鈥, le explic贸 a la revista Placar en abril de 1983, cuando su figura ya lijaba capas de poder del gobierno de facto. Fue el hombre que comprendi贸 a la perfecci贸n la penetraci贸n del f煤tbol en la sociedad, la pelota como una esfera pol铆tica, un concepto de transformaci贸n, una v铆a para masificar un mensaje, generar un debate.

Algo en su interior lo hac铆a sentir diferente desde que era un ni帽o. Pero le tem铆a: 鈥淪iento que soy especial pero no puedo explicarlo. Le tuve miedo a esto desde chico. Siempre estuve obligado a ser el mejor hasta que fui a la Universidad. S贸lo despu茅s del examen de ingreso decid铆 dejar de intentar ser el mejor para convertirme en el mismo que todos los dem谩s鈥.

Con 24 a帽os, aquel muchacho de cabello rizado negro, mirada penetrante, rostro angulado y rugoso fue la gran apuesta del Corinthians para 1978. Hab铆a sido la figura del Botafogo a pesar de contar con poco tiempo para entrenar por haber fraccionado su vida entre el f煤tbol y la medicina. Apenas un pu帽ado de partidos le alcanzaron para exponer su rol de l铆der en el Timao, ya recibido como m茅dico en la Universidad de Sao Paulo.

Creci贸 entre la sesgada vida que impuso la dictadura militar que gobern贸 a Brasil desde 1964 y un padre que debi贸 quemar sus libros sobre comunismo y socialismo, y que era un obsesionado por la filosof铆a griega: sus hermanos se llaman S贸focles y S贸stenes. Ra铆, el menor de la dinast铆a que lleg贸 a convertirse en estrella del San Pablo en los 90, iba a llamarse Jenofonte pero su mam谩 Giomar evit贸 otro fil贸sofo en la familia.

鈥淪oy de una generaci贸n alienada que no tiene informaci贸n pol铆tica y, adem谩s, la generaci贸n del miedo. Hubo personas arrestadas, torturadas y asesinadas a nuestro lado, as铆 que me aisl茅. Mi proceso de conciencia fue muy gradual鈥, explic贸 sobre su infancia en una nota de 1983.

S贸crates tuvo belleza para jugar y capacidad intelectual para defender su controversial discurso para la 茅poca. El tranco largo de su metro noventa fue sin贸nimo de f煤tbol vistoso, est茅tico y ofensivo. Incomparable. Aunque la interpretaci贸n de las realidades fue su mayor virtud. Ese combo actu贸 a inicios de los 80, cuando aquella derrota contra el Guaran铆 como local en el Pacaemb煤 se transform贸 en el chispazo que encendi贸 la Democracia Corinthiana. La punta del ovillo.

鈥淟os hinchas quer铆an pegarle a S贸crates y a todos los jugadores. Taparon la salida del micro y tuvieron que estar m谩s de dos horas en el vestuario. S贸crates dijo: Esto no va a quedar as铆. Despu茅s de ese juego, Corinthians gan贸 una serie de partidos y todos con goles de 茅l. No celebraba los goles. En el segundo o tercer partido, cuando la torcida se dio cuenta, fueron a buscarlo. 驴C贸mo voy a gritar los goles? 隆Hace dos semanas quer铆an pegarme y ahora quieren abrazarme! Conmigo no es as铆鈥, lo revivi贸 el periodista brasile帽o Juca Kfouri, de estrecho v铆nculo con aquel plantel.

A tono con el continente, la dictadura brasile帽a se oscurec铆a cada vez m谩s y se ramificaba. Hombres afines a los militares domaban la directiva del Timao desde hac铆a muchos a帽os, pero aquellos resultados negativos en el campeonato paulista los hab铆an puesto ante una inesperada inestabilidad y tomaron decisiones dr谩sticas. El joven soci贸logo Ad铆lson Monteiro Alves fue nombrado a cargo de la conducci贸n del departamento de f煤tbol porque los directivos lo cre铆an inofensivo. Se equivocaron: dio inicio a una transformaci贸n absoluta apoyada en figuras bien distintas en su formaci贸n de base como S贸crates, Wladimir 鈥搖n representante de la clase negra obrera relegada鈥 y Walter Casagrande, un joven rebelde pelilargo que lograba complicidad con los muchachos de su edad.


鈥淐reo que las mujeres tienen que reclamar por sus derechos. Vivimos en una sociedad machista鈥. Esa declaraci贸n de Wladimir en 1980 a la revista Placar con 25 a帽os y en medio de sangrienta dictadura da una pintura precisa sobre qui茅nes eran los l铆deres de la Democracia Corinthiana. Personajes fuera del molde. La capacidad intelectual del defensor, a quien S贸crates se帽alaba como el gran motor del mecanismo, fue clave en esta construcci贸n pol铆tica. Un perfil particular: seguidor de Martin Luther King, fan谩tico de la lectura, investig贸 sobre la cultura africana y hasta aprendi贸 el dialecto africano Yorub谩 para abrazar a sus ra铆ces.

S贸crates, un m茅dico bohemio que aprovechaba sus horas fuera del terreno de juego para perfeccionarse en el ajedrez y relacionarse con artistas, escritores y pol铆ticos, vio un reflejo de sus ideales en su compa帽ero: 鈥淨uiz谩s Wladimir haya sido el brazo m谩s fuerte del proceso. Su historia est谩 铆ntimamente ligada a Corinthians, era negro, en un pa铆s tan racista como el nuestro鈥.

El soci贸logo Monteiro Alves se erigi贸 como el veh铆culo de las inquietudes de los jugadores: Corinthians estaba en el fondo del mar y la crisis abri贸 la puerta a la democracia en un pa铆s sin democracia. El plantel, la directiva, los auxiliares; todos tendr铆an un voto para definir qu茅 hacer d铆a a d铆a. Desde el horario de entrenamiento, hasta a qu茅 jugador contratar. 鈥淧or supuesto, con la inteligencia de S贸crates y Ad铆lson, todo se iba hacia donde iban ellos. No recuerdo que hayan perdido alguna votaci贸n鈥, explic贸 entre risas el ex mediocampista Zenon en el documental Democracia em preto e branco.

鈥淎 S贸crates hasta el d铆a de hoy le gusta decir que en ese equipo incluso se votaba para decidir si el autob煤s deber铆a detenerse para que alguien pudiera orinar鈥, define el libro Democracia Corintiana, a utopia em jogo. La piedra angular fue particular, extrema y significativa: al llegar a Jap贸n tras un viaje de 30 horas, Casagrande quiso volverse porque estaba enamorado de una mujer que hab铆a conocido pocos d铆as antes. 鈥淰otamos todos. Masajistas, doctores, asistentes. 驴Pod铆a irse o deb铆a quedarse?", cont贸 Wladimir.

鈥 鈥淒ebemos votar para dejarlo ir porque es un momento 煤nico en la vida de 茅l. Est谩 enamorado鈥, dijo S贸crates.

鈥 鈥淣o, debe quedarse. Yo estoy triste tambi茅n porque dej茅 a mis hijos. Pero estoy ac谩, soy un profesional. As铆 que debe quedarse鈥, replic贸 Wladimir.

El goleador de 19 a帽os finalmente se qued贸.

El experimento fue un absoluto 茅xito deportivo: el Corinthians domin贸 el Campeonato Paulista 1982 y 1983. Al un铆sono, ellos decidieron asentar las bases en el plano simb贸lico y hasta le dieron vida a un nuevo himno en la voz del popular Toquinho: 鈥淪er corinthiano es tambi茅n ser un poco m谩s brasilero鈥.

La final del campeonato en 1983 fue otra excusa para hablarle al pueblo: 鈥淕anar o perder pero siempre con democracia鈥, dec铆a la bandera con la que ingresaron a la cancha para enfrentar al Sao Paulo, al que vencieron gracias a los dos goles de S贸crates. Ya en noviembre de 1982, cuando se asomaban las elecciones a gobernador 鈥損ero todav铆a faltaba mucho para restaurar la democracia plena鈥 utilizaron una remera que recomendaba: 鈥淓l d铆a 15 vote鈥.

Los rostros de los cuatro cabecillas del suceso se replicaron por todos los medios. Saltaron cualquier cerco de censura. Se transformaron en un ejemplo para una sociedad encorsetada y en un peligro para los militares. El Doctor, que adem谩s hab铆a abandonado el vicio del cigarrillo por unos meses para ser el capit谩n de Brasil en el Mundial de 1982, lo entendi贸 al pie de la letra, a tal punto que decidi贸 expresar su l铆nea de pensamiento en cada festejo de gol.

Lo hac铆a con el cuerpo recto con un brazo que se extend铆a m谩s all谩 del l铆mite de la cabeza. El pu帽o cerrado y la mirada fija. Celebr贸 durante buena parte de su carrera los goles con ese gesto asociado al comunismo, una especie de sin贸nimo de unidad. En una entrevista del 2010 con la revista Caros Amigos profundiz贸 sobre su posici贸n pol铆tica: 鈥淚zquierda, derecha, eso es tonto. Soy socialista, no s茅 si esto es ser izquierdista. No lo s茅, 驴pero por qu茅 de izquierda? Es un r贸tulo. 隆Soy cubano, desear铆a haber nacido en Cuba!鈥. Su hijo, el sexto y 煤ltimo, se llama Fidel en honor al mandatario cubano.

鈥淐uando llegu茅 a Sao Paulo, s贸lo quer铆a jugar hasta que participara en un Mundial. Hoy eso ha cambiado, porque descubr铆 que al jugar al f煤tbol tambi茅n puedo, como figura popular, ser intermediario de las aspiraciones y ansiedades de miles de personas que se identifican conmigo, que me ven como un guerrero de su lucha. Cuando llegu茅 a esta conclusi贸n, me volv铆 m谩s activo, aceptando que era popular. Fue entonces cuando comenc茅 a hablar y exponerme. 隆Y sucedi贸 algo hermoso: la gente comenz贸 a llamarme 鈥渇laco鈥 y ya no era doctor! Se dieron cuenta de mi cambio. Cuando decid铆 asumirlo, supe que podr铆a estar jugando mi imagen y mi carrera. Pero ten铆a que hacerlo鈥.


"Fue entonces cuando comenc茅 a hablar y exponerme. 隆Y sucedi贸 algo hermoso: la gente comenz贸 a llamarme 鈥渇laco鈥 y ya no era doctor!" (Foto: Shutterstock)
El momento de mayor esplendor lleg贸 cuando se erigieron como uno de los brazos del movimiento civil de 1983 鈥溌irectas Ya!鈥, que reclamaba que las elecciones a Presidente sean abiertas al pueblo y que lleg贸 a reunir m谩s de un mill贸n y medio de personas en las calles. 鈥淪i la enmienda se aprueba en la C谩mara de Diputados y en el Senado, no voy a dejar mi pa铆s鈥, prometi贸 S贸crates aquel d铆a ante la multitud mientras el rumor instalado era que las principales potencias de Europa lo quer铆an contratar en una 茅poca donde una venta al exterior era todav铆a casi una excepci贸n para el f煤tbol sudamericano. Con Zico en la liga italiana, 茅l era la m谩xima estrella futbol铆stica de Brasil del momento.

La enmienda no se aprob贸 por 22 votos y, frustrado, S贸crates acept贸 la oferta del Fiorentina de Italia que ten铆a al argentinos Daniel Passarella en sus filas. La Democracia Corinthiana se diluy贸 pero el germen qued贸 activo en los brasile帽os. 鈥淯na de las pocas veces que llor茅 en mi vida fue cuando no se aprob贸 la enmienda", confesar铆a tiempo despu茅s.



EL S脥MBOLO
Dur贸 poco tiempo en Italia. S贸lo una temporada. No era lo mismo ese sitio. 鈥溍塴 sufr铆a mucho porque hab铆a jugadores en el vestuario con los que no estaba de acuerdo. 脡l no pod铆a entender que para el jugador italiano el f煤tbol era un trabajo, no era una diversi贸n. Lo recuerdo como una persona triste que quer铆a volver a casa鈥, lo defini贸 su compa帽ero Giovanni Galli en el documental sobre su vida que realiz贸 ESPN.

Entre 1985 y 1989 pas贸 por Flamengo, Santos y volvi贸 para despedirse en el Botafogo. Aprovech贸 el Mundial 86 para seguir con su activismo y luci贸 insignias como 鈥淢茅xico sigue en pie鈥, 鈥淣ecesito Justicia鈥 o 鈥淣o a la violencia鈥. Sin embargo, nunca m谩s pudo sentirse como en aquellos a帽os de la Democracia Corinthiana.

Grab贸 discos musicales, produjo obras de teatros, se anim贸 a actuar en televisi贸n, escribi贸 un libro sobre la Democracia Corinthiana, fue panelista televisivo y un hombre de consulta habitual para Lula durante su presidencia, con quien compart铆a largas horas de di谩logo desde el nacimiento del Partido de los Trabajadores (PT) en los comienzos de los 80. Prob贸 como entrenador de f煤tbol, intent贸 con el tenis y hasta fund贸 un centro m茅dico enfocado al deporte. Jam谩s recuper贸 esa adrenalina democr谩tica.

鈥淣adie entender谩 lo que digo, ya que nadie vive lo que yo vivo. No somos los dioses que la gente quiere que seamos. Por eso no me gusta la palabra 鈥溍璬olo鈥. Para m铆 lo m谩s importante no es ni la fama ni el dinero. Por eso no quer铆a ir a Italia y mucha gente no lo entiende. Si estuviera seguro de que en cualquier otro lugar encontrar铆a condiciones aceptables para hacer bien mi trabajo, que es jugar al f煤tbol, ​​ir铆a gratis. No sirve de nada me den mucho dinero, porque solo voy a jugar bien si estoy satisfecho con las condiciones de trabajo. Nunca aceptar茅 hacer algo en mi vida que estoy seguro de que no puedo hacer bien鈥, confes贸.

LOS VICIOS QUE LO PERSIGUIERON HASTA EL FINAL

Aquel m茅dico de 190 cent铆metros, que calzaba 41 y era apodado Magrao por su delgadez tambi茅n pele贸 contra los vicios del cigarrillo durante su etapa como estrella del f煤tbol y, tras su retiro, tambi茅n tuvo que batallar contra el alcohol. 鈥淓n la selecci贸n estoy fumando unos 8 cigarrillos al d铆a en lugar de los 15 que sol铆a fumar. Aument茅 de peso y me siento mejor. Si hubiera tenido la intenci贸n de ser un atleta desde el principio, lo ser铆a. Pero hay otro detalle: aunque s茅 que algunos de mis h谩bitos son perjudiciales para el atleta, estoy seguro de que me ayudan a ser feliz, no frustrado; que una cosa compensa la otra. No me arrepiento de haber elegido el f煤tbol, ​​pero quiero preservar un poco mi vida; y es de los 20 a los 30 a帽os que vivimos el mejor per铆odo. Sin embargo, est谩 claro que hago muchos sacrificios por el f煤tbol鈥, se justific贸 en sus a帽os de esplendor.

Reci茅n apenas cuatro meses antes de morir, acept贸 ante las c谩maras de televisi贸n que sus adicciones eran verdaderamente un conflicto sin soluci贸n:

鈥 鈥淵o pago por los problemas. Beb铆a un poco por la ma帽ana, luego por la tarde... Trabajando. Beb铆a una botella de vino a diario. Si no tuviese la botella, no cambiar铆a nada para m铆, pero era un h谩bito. Era mi compa帽铆a, como el cigarrillo. Soy adicto al cigarrillo, a fumar鈥.

A los 57 a帽os, desmejorado, lleg贸 caminado al hospital Albert Einstein de Sao Paulo con el h铆gado cerca de 鈥渆xplotar鈥. Estuvo a punto de morir, pero el destino ten铆a preparado una hora especial para su adi贸s. Faltaba cumplir su 煤ltimo deseo.

Es domingo 4 de diciembre del 2011. El Estadio Pacaemb煤 se suspende en el tiempo por un minuto. Los jugadores del Corinthians, que 90 minutos m谩s tarde celebrar谩n el t铆tulo de campe贸n del Brasileirao luego de seis a帽os de malaria, se paran en el c铆rculo central y alzan su pu帽o derecho rumbo al cielo. La bulliciosa multitud del Timao redobla sus esfuerzos habituales y vitorea al cielo con rabia y emoci贸n. Tambi茅n tienen sus pu帽os en el cielo. S贸crates Sampaio de Souza Vieira de Oliveira acaba de morir v铆ctima de una cirrosis hep谩tica. S贸crates se transforma en ese instante en mito. Justo un domingo con el Corinthians campe贸n. Su 煤ltimo deseo en vida, cumplido.

Esa ferviente potencia en la empu帽adura de cada corinthiano esconde detr谩s una de las m谩s maravillosas historias del f煤tbol moderno y su influencia en la sociedad. De h茅roes de carne y hueso. La Democracia Corinthiana, el proceso pol铆tico-deportivo m谩s revolucionario y rom谩ntico de Latinoam茅rica. La comuni贸n de un grupo de jugadores bien dis铆miles en su formaci贸n de base que se fusionaron de manera natural para darle un golpe decisivo a la estabilidad de la dictadura que gobernaba Brasil en los a帽os 80.

鈥淪i no jugase como S贸crates, ya me habr铆an derribado. Hasta que me derriben, sin embargo, tengo la intenci贸n de seguir hablando. Y quiero ser m谩s importante para mi pa铆s despu茅s de dejar el f煤tbol. No me es suficiente con ser un 鈥溍璬olo popular鈥. Lo que importa es que nadie sea tocado, que todos tengan la libertad de ser, de hacer, de suceder. El resto es consecuencia de esto鈥.
INFOBAE

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