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CONCORDIA
29-05-2015
A un mes de la partida de un grande; Vicente Antonio Linares
29-05-15-11:51
En horas de la noche del jueves 30 de abril, se conoció la dura noticia del fallecimiento de Don Vicente Linares. A los 89 años dejo de estar presente en vida, pero permanecerá en la historia grande del automovilismo entrerriano y nacional. Vale recordar que el Honorable Concejo Deliberante lo habÃa declarado ciudadano ilustre el pasado 26 de junio del 2014.
En cuanto a parte de su historia dentro del automovilismo se puede mencionar: «CorrÃan los años de locura juvenil cuando Luis A. Simón lo observaba hacer «piruetas» en su motocicleta, allá por 1.955.
La invitación llega para ser acompañante del «Chivo» Castelli con el Ford «T». La cita es en Urdinarrain, pero el piloto no llega a horario y Vicente debuta «obligado», corriendo y clasificando en la serie. Esa carrera la corre Castelli, pues el reglamento asà lo exigÃa.
Su historia en automovilismo
Debuta oficialmente en ChajarÃ, quince dÃas más tarde, finalizando en el segundo escalón del podio. Luego Feliciano, donde estando en punta un «trompo» lo obliga a remontar desde el último lugar para terminar segundo.
En Viale, los pagos de Raúl Grinóvero, se queda sin frenos y es segundo otra vez. Con la adquisición de la máquina de César Nejankin y con la ayuda de varios amigos en los tres años siguientes, continuó, pero la suerte no estaba de su lado. Eran años muy duros, siempre se caÃa algo. ¡Alguien dijo que no se compraba el traje de casamiento por adquirir un juego de bujÃas!
Su tesón y capacidad lo incitaron a que lo «llevara» la creciente del «59», pero a su primer triunfo en RamÃrez, con el respeto de sus adversarios en la pista. En el ’60, su primer campeonato entrerriano y de allà la seguidilla de (5) cinco al «hilo», igualando al Chueco de Balcarce, en 1.960, 61, 62, 63 y 64.
Américo Durandó se lo quita en el ’65, pero queda sub-campeón y un año más tarde recompone su campeonato. En 1.967 gana 9 de 10 competencias corridas, aunque se lleva sus clasificaciones y series para Concordia.
En el ’67 deja el Ford T de sus amores para incursionar en el Turismo Nacional, con el «Milqui» (Fiat 1500), sin la suerte que esperaba.
Corre 1.968. Gana con el Fiat Berlina en una carrera en Goya, Corrientes, en su categorÃa. Luego se inscribe en la mayor, «C», y le gana por muy escaso margen al Torino del campeón chaqueño Carauni.
1.969... Se corren las 100 millas de Rafaela. , donde empata primer puesto Reutemann y Franco, llegando Vicente Linares en el puesto 18º. Ese mismo año, en el circuito de Concordia: clasificación pareja: Carlos Alberto Reutemann, Vicente Linares y Cacho Franco empatan con el mismo tiempo y deben largar por ranking, primero el Lole, segundo Cacho y tercero Vicente. Sigue Ia lucha con los coches oficiales paragolpe con paragolpe y buscándose por todos lados. Termina primero Reutemann, segundo Linares y tercero Franco. Para la anécdota: a partir de ese momento, el Lole se convierte en su amigo, después de averiguar quién era ese piloto local que lo habÃa tenido a maltraer toda la carrera.
Ya con la Coupé Blanca, participa en la clase Anexo J, en la Vuelta de Entre RÃos, punteando en dos etapas pero debe abandonar por problemas mecánicos. En esta categorÃa, gana tres campeonatos.
Gana el campeonato entrerriano en su categorÃa y por invitación de los santafesinos, corre en Colonia Belgrano. Allà gana en su categorÃa en sale segundo en la mayor, la «C».
Con esa misma Coupé gana clasificación, serie y final en el circuito Los Toboganes, en Esperanza Santa Fe.
Viaja a la provincia de Misiones, invitado por el Autoclub Posadas, donde se corrÃa en un circuito semi permanente de doce kilómetros de extensión. Gana clasificación y serie, cortando el cigüeñal mientras iba en punta, faltando dos vueltas.
Con el Fiat 1500 y con la Coupé gana tres campeonatos en su provincia, lo que le vale el reconocimiento de la marca, abriéndole las puertas a la selección de pilotos oficiales.
Se inscribe en la selección de pilotos oficiales Fiat. Entre 50 finaliza 18º, luego de 25 queda 10º.
Premio: un auto nuevo y una chequera moneda nacional, 1.800.000 a cambio de correr 10 competencias en el año, eligiendo 5 circuitos. Corrió hasta 1.974, dedicándose luego a la preparación de motores para otros pilotos, en Fiat 600, Fiat 1500, Fiat 125. En Fiat 128 trabajó en un desarrollo de motor conjuntamente con la gente de Iava Argentina, obteniendo un producto ganador de varios campeonatos con distintos pilotos.
Don Vicente Linares, un volante cerebral, que no dejaba nada librado al azar, no era huraño ni introvertido, sólo vivÃa para su máquina, para sacarle «una vuelta más»...»
Versión original artÃculo: Periodista profesor MartÃn MarÃa Moreno.